El Refugio Dedo Gordo se encuentra en medio de un bosque de lengas.
Es un refugio menos frecuentado que otros dentro de la red, ideal para quienes buscan tranquilidad en una experiencia genuina.
Refugio Dedo Gordo: Una travesía desafiante con vistas únicas
El Refugio Dedo Gordo, ubicado a los pies de uno de los cerros más característicos del Corredor de los Andes, es un destino que recompensa a los aventureros con paisajes inigualables y un entorno montañoso de ensueño. Este refugio, al final de un exigente sendero de aproximadamente 6 kilómetros , es una parada obligatoria para quienes buscan desafiarse mientras se sumergen en la belleza de la Patagonia.
El recorrido tiene una dificultad alta, es un desafío que vale la pena enfrentar. A lo largo del camino, los paisajes van cambiando constantemente, pasando por bosques nativos de coihues y lengas, con impresionantes vistas de montañas cercanas que asoman entre la vegetación. Este contraste entre la inmensidad del entorno y la quietud del sendero hace que el recorrido sea una experiencia en sí misma.
El ascenso hacia el refugio cuenta con algunas pendientes pronunciadas, pero también con momentos para detenerse y disfrutar de miradores naturales que ofrecen vistas espectaculares del valle y los picos circundantes. La cima del Cerro Dedo Gordo, con su forma tan distintiva, es una postal inolvidable que inspira a cada caminante a llegar hasta el final.
Al llegar al refugio, la recompensa es mucho más que un lugar para descansar. Rodeado de naturaleza virgen, el ambiente del refugio es tranquilo y acogedor, ideal para disfrutar de la soledad de las alturas o compartir historias con otros aventureros. Este lugar invita a desconectar, respirar profundamente y disfrutar de la magia que solo la Patagonia puede ofrecer.
El Refugio Dedo Gordo es una travesía que desafía al cuerpo y renueva el espíritu, una experiencia única para quienes buscan aventura y conexión con lo más puro de la naturaleza.