El sendero se extiende por casi 4 kilómetros (ida), atravesando el Cañadón de los Maitenes, un impresionante paisaje modelado por el arroyo que lo recorre.
Durante las primeras etapas de la caminata hacia la Cascada invertida en el Cañadón de Los maitenes, el terreno es amigable, con una dificultad media, lo que permite disfrutar tranquilamente del entorno. Los maitenes y otras especies de la flora patagónica brindan sombra y tranquilidad a lo largo del arroyo, donde podés detenerte a descansar y disfrutar del silencio.
A medida que avanzás, el paisaje se va transformando, alternando entre la vegetación típica de la estepa y los bosques que bordean el arroyo. La caminata se vuelve más exigente en el último kilómetro y medio, donde la dificultad asciende a alta. En esta etapa del recorrido, te enfrentarás a ascensos pronunciados, senderos angostos y pasos aéreos. Recomendamos no continuar si no contás con experiencia en trekking de montaña, o si vas acompañado de infancias.
Ultimo tramo
El tramo final, donde se encuentra la cascada, es de difícil acceso, ya que el sendero no está completamente señalizado y es necesario prestar mucha atención a las pocas marcas que indican el camino. Es aquí donde un guía puede ser de gran ayuda, no solo para asegurar la orientación y brindar seguridad, sino también para enriquecer la experiencia con su conocimiento del área. El sitio es poco frecuentado, lo que le da un carácter especial y solitario a la caminata, permitiendo una conexión más íntima con la naturaleza.
Si bien su nombre es solo «cascada del cañadón» se la conoce como Cascada invertida en el Cañadón de Los maitenes dado que por su ubicación recibe fuertes ráfagas de viento que provocan un fenómeno único: el agua en lugar precipitarse directamente hacia el vacío, es levantada por el viento y se separa de las paredes de roca dando la impresión de que fluye «al revés».
Entorno multifacético
La vegetación que rodea la cascada revela claramente hasta dónde el viento transporta el agua. El rocío que se esparce crea pequeños oasis de vegetación más alta, que se destacan en medio del paisaje estepario. Estos parches frondosos contrastan con el entorno rígido, proporcionando un refugio natural y resaltando el poder transformador del agua en la región. El agua del arroyo es tan clara y fresca que podés recargar tu botella, disfrutando de un momento de descanso en un entorno sereno.