La Cascada Corbata Blanca se impone como uno de los saltos de agua más altos del corredor de los Andes.
Con una caída de 80 metros que se vuelve aún más imponente en primavera, cuando el deshielo que confluye en el arroyo Corbata la alimenta con mayor intensidad. El sendero que lleva a la cascada Corbata Blanca transcurre a través de lo que supo ser un frondoso bosque de cipreses y coihues con hermosas vistas del valle.
Este paisaje en recuperación, donde la vida vuelve a surgir entre las cenizas, ofrece una atmósfera de esperanza y resiliencia. El entorno se llena de verde gracias a la nueva vegetación y el agua cayendo desde lo alto genera una bruma que envuelve a los visitantes, creando una experiencia sensorial única. El mirador a mitad de camino ofrece vistas panorámicas del valle de El Hoyo, donde los cultivos crean un mosaico natural que se extiende a lo largo y a lo ancho de los valles.